21 de abril de 2008

Las Hébridas estuvieron bajo control de clanes vikingos ya desde el siglo IX. En el año 1098, Magnus III, vikingo y rey de Noruega conquisto las Órcadas, las Hébridas y la Isla de Man en una campaña relámpago, sometiendo al control real a las tribus vikingas que habían habitado las islas independientemente durante los siglos anteriores. El rey Edgar de Escocia reconoció el control del rey noruego.

En 1240 en rey escoces, Alejandro II solicitó al rey noruego Haakon IV de Noruega la compra de las islas. Durante una decada no obtuvo respuesta y las comunicaciones quedaron suspendidas hasta la muerte del rey. En 1262, su hijo, Alejandro III de Escocia, mando un ultimátum al rey noruego, en caso de no venderlas las conquistaría.


Haakon respondió enviando una flota de 120 barcos, que en 1263 cruzó el
estrecho de Lochalsh (arriba) y pasó frente a Eilean Donan (abajo) en su camino hacia la isla de Arran, donde Alejando III permanecía hasta el comienzo de las nevadas. Desafortunadamente para Haakon, las tormentas se adelantaron ese año obligándolo a replegarse para reparar sus barcos, que estuvieron listos en poco tiempo, atacando en octubre de 1263 en Largs.

No está claro que los escoceses ganasen la batalla, pero los vikingos se retiraron a sus reinos parando en Eilean Donan solamente para avituallarse, y poniendo fin a cuatro siglos y medio de dominio escandinavo en las Hébridas, pues en 1266 el Tratato de Perth otorgaba el control de las islas a la corona Escocesa.
PD: En la próxima hablaremos de San Columba de Iona y el monstruo del estuario del rio Ness.

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