13 de febrero de 2007

También de Ignacio Escolar (el hijo) leo el día en que se ha rebajado la condena a De Juana, una reflexión que no amplía pero si ratifica estas ideas:
"De Juana ha matado a 25 personas y jamás ha mostrado el menor síntoma de arrepentimiento. Es un sangriento terrorista, un símbolo de la locura terrorista, un ejemplo de lo peor a lo que puede llegar el ser humano. Pero hasta un terrible criminal como él se merece que la Justicia sea ciega cuando mide el delito en su balanza. Y no es por él, no es por el bien del asesino. Es por nosotros."

Escribía yo mismo, el 26 de febrero de 2006, en la Voz de Salamanca:
"
Traguémonos la bilis: Los derechos que los etarras negaron con sus armas a sus víctimas deben serles aplicados, pues nuestra razón moral se basa precisamente en el convencimiento de que, aun los asesinos más sanguinarios, deben ser juzgados de forma inequívoca."

Me alegra mucho saber que comparto ideas con alguien que me gusta y que me parece, cuanto menos, muy coherente.

6 de febrero de 2007

En 2004 se celebró una carrera de remo entre empleados de una empresa japonesa y de otra española. Se dio la salida y los japoneses empezaron a destacar desde el primer momento, llegando a la meta con una hora de ventaja sobre el equipo español. La dirección de la empresa española analizó las causas de tan amarga derrota y advirtió que el equipo japonés estaba compuesto por 10 remeros y un jefe de equipo, mientras que la tripulación española la componían 10 jefes de equipo y un remero, por lo que se decidió adoptar las medidas adecuadas.

En 2005, la tripulación japonesa llegó dos horas y media antes que la española. La dirección se volvió a reunir, y tras un sonoro rapapolvo a la Gerencia, concluyeron que los japoneses habían repetido estrategia (10 remeros y 1 jefe de equipo) mientras que la innovadora tripulación española, remozada tras las eficaces medidas tomadas el año anterior, estaba compuesta por 1 jefe de equipo, 2 asesores a gerencia, 7 jefes de sección y 1 remero. La conclusión de la dirección fue unánime: el remero es un incompetente.

En 2006, tras encargar una innovadora trainera al departamento de nuevas tecnologías, la ventaja de los japoneses fue de cuatro horas. El equipo directivo, reunido para analizar las causas del nuevo desastre, comprobó que el equipo nipón había optado por la ya tradicional formación (1 jefe de equipo y 10 remeros), mientras que el español, tras una auditoría externa y el asesoramiento especial del Departamento de Organización y Calidad, optó por una formación mucho más vanguardista: 1 jefe de equipo, 3 jefes de sección con plus de productividad, 2 auditores de una empresa catalana y 4 vigilantes jurados que no quitaban ojo al único remero de la tripulación, al que habían amonestado y castigado quitándole todos los pluses e incentivos tras el fracaso del año anterior.

Tras varias horas de reuniones, se acordó que para la regata de 2007 el remero sea un becario o, en su defecto, una contrata externa, ya que a partir de la vigésimo quinta milla se ha venido observando cierta dejadez en el remero de plantilla, actitud que roza el pasotismo y con comentarios del tipo: “va a volver a remar su puta madre” al llegar a la línea de meta.